Actividad:
Leer el artículo, analizarlo y realizar un mapa conceptual, al final dar una opinión o comentario del artículo.
SIN SOLUCIÓN
DE CORTO PLAZO, PROBLEMAS DE MOVILIDAD Y CONTAMINACIÓN EN LA CDMX: ACADÉMICO DE LA UNAM
El tiempo que la gente tarda en
trasladarse a sus actividades es igual a la cuarta parte de una jornada
laboral, dijo Manuel Suárez Lastra, del Instituto de Geografía
• Nuestra urbe está por debajo del promedio nacional del uso del automóvil, que en algunos lugares es de hasta 40 por ciento. Aquí, donde se concentra más población, es de 25 por ciento
• Nuestra urbe está por debajo del promedio nacional del uso del automóvil, que en algunos lugares es de hasta 40 por ciento. Aquí, donde se concentra más población, es de 25 por ciento
Para los problemas de movilidad,
transporte y contaminación en la zona metropolitana de la Ciudad de México no
existe solución de corto plazo. Es factible aplicar medidas de emergencia, que
pueden funcionar o no, pero las verdaderas respuestas son de mediano y largo
plazos, y consisten en hacer eficiente y planear el crecimiento de la urbe,
afirmó el director del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, Manuel Suárez
Lastra.
Lo que se debe hacer, consideró, son
planes locales de ordenamiento territorial, basados en problemas regionales.
“La forma en que crece la ciudad no puede ser de expansión, sino de
concentración”, dijo el científico, y explicó que el transporte en la
metrópolis es caótico, pues la mayoría de los viajes se realizan en colectivos
(camiones y microbuses), a ellos se suman los autos y el Sistema de Transporte
Colectivo Metro; les siguen los taxis, el
Metrobús, las motocicletas y las bicicletas ocupan los porcentajes menores.
Además, lo que se invierte en ir y
regresar a nuestras actividades (alrededor de dos horas) es igual a la cuarta
parte de una jornada laboral. “Demasiado tiempo, que de dedicarlo a otras
actividades nos llevaría a ser más productivos, o bien podría destinarse a
convivir con la familia o a la recreación”.
La manera en que la gente se traslada
depende de la forma de organización de la ciudad, dijo el coautor del libro
“Entre mi casa y mi destino: Movilidad y transporte en México” (UNAM, 2015).
Además, indicó, si los usos de las
construcciones son mixtos (en la parte baja comercios, en la media oficinas y
arriba residencias) no sólo se ahorra espacio, sino que las actividades se
acercan. “Si fuera el caso de esta metrópoli, su tamaño sería de la cuarta
parte del actual, tendría más lógica usar transporte público masivo y caminar,
los centros laborales estarían más próximos y habría mayor extensión de áreas
verdes”.
Crecimiento sin planeación
La Ciudad de México ha crecido sin
planeación y ése es su principal problema. Quienes residen en la periferia
viajan 40 minutos en un colectivo para trasladarse al Metro, abordarlo y llegar
a su destino.
Los tiempos de traslado son altos,
aunque no mucho más que el promedio nacional, que es de 40 minutos. En esta
megalópolis toma aproximadamente una hora llegar al trabajo o a la escuela,
“aunque hay gente que pasa hasta cuatro horas en el transporte”, precisó Suárez
Lastra.
Es difícil cuantificar los autos porque
los registros no son claros. La cifra normalmente está sobreestimada porque la
gente vende vehículos sin dar aviso; así, “parece que van en aumento y a veces
lo que ocurre es que están en un ‘deshuesadero’ o en Hidalgo, pero se siguen
contabilizando”.
El número de verificaciones incluye
taxis, camiones de carga ligera, microbuses y demás, por lo que tampoco resulta
fácil tener una cifra exacta. Las estimaciones para la zona metropolitana son
de entre tres y cuatro millones de automóviles, aunque hay diferencias entre el
número de carros, los registrados y los que circulan.
De hecho, expuso con base en datos de
la Encuesta Nacional de Movilidad y Transporte realizada por la UNAM, la Ciudad
de México está por debajo del promedio nacional del uso de autos, que en
algunos lugares es de hasta de 40 por ciento. Aquí, donde se concentra más
población, es de 25 por ciento. En ese sentido, “no estamos tan mal”, opinó.
Sin embargo, el 60 por ciento de los
vehículos es usado por el 25 por ciento de la población con más ingresos; la de
menores recursos utiliza el transporte público. La mayoría de los conductores
son adultos jóvenes y la proporción de hombres que manejan con respecto a las
mujeres es un poco más alta.
Además, la CDMX tiene la flota más
moderna del país, 10 años más nueva que el resto. Los engomados cero y doble
cero impulsaron a la gente a comprar autos del año, que contaminan menos. En
ese sentido sí ha funcionado la política de verificación.
De los que manejan, indica la encuesta,
sólo seis por ciento dejaría su carro si hubiera un transporte público
eficiente (al cual se califica de sucio, lento, caro, ineficiente y peligroso);
el resto sólo lo haría si no le alcanza para la gasolina, si se descompone el
coche o si no puede circular, e incluso, algunos no lo harían de ninguna
manera.
En los días que se han registrado
contingencias ambientales el número de carros y los contaminantes son los
mismos de todos los días. El problema son las condiciones meteorológicas, sin
viento y mucho calor, que en conjunto producen el peor escenario.
El viento no se puede cambiar, en un
momento dado volverá a soplar, pero el escenario se repetirá constantemente si
no se hace algo más allá del programa Hoy no circula, que tampoco funciona
porque la disminución del ozono depende de reacciones químicas en la atmósfera,
aclaró.
Está bien buscar mejores formas de combustión o establecer
requerimientos a la industria, pero lo más importante son los planes de
ordenamiento territorial y crecimiento urbano, concluyó Manuel Suárez.
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